19.6.08

Destino

"Es cosa del destino estar aqui... de haber llegado ahora a este punto, al culmen de tu gloria o tu desgracia... siempre es cosa del destino, estamos predestinados"

¿Que somos entonces? ¿Crudas marionetas de un jugador cruel que programa nuestras vidas? ¿Somos irracionales juguetes de una fuerza superior y atemporal? ¿Somos entonces, seres inferiores? ¿No decidimos, sentimos, pensamos, actuamos, razonamos, creemos, olvidamos, destrozamos, creamos, por nuestra propia voluntad? ¿No nos basta con un supuesto Dios, sino que ahora es el destino? ¿La nueva regresión del futuro? ¿La nueva moda, hablar del "destino"?

Es probable, que haya hechos inevitables en la infinita y enmarañada red de caminos del tiempo, pero, ¿estamos realmente predestinados? ¿No dedicimos nosotros cual debe ser nuestra reacción? ¿De que sirve pues, estar ahora aqui? ¿Decidme, tiene algo de sentido una existencia inevitablemente programada? ¿La rutina diaria es progamada? ¿Tanto como lo inesperado? ¿Porque nos condenamos a creer lo mas pesimista y alarmista posible? ¿Porque siempre nos decimos, "es cosa del destino"? Para justificarnos, para justificar si algo nos sale mal, si no nos va como queríamos, en vez de afrontar un nuevo problema en el camino, y asi nos va.

No es cosa del destino que yo escriba esto, es cosa mía, decisión mía, y como humano, cometeré errores, no los programará el destino para mi, no hay destino alguno, si no sabemos de donde venimos, ¿como vamos a saber a donde vamos? ¿Tenemos acaso un destino, una estación final a la que llegar? ¿Cual es el único destino común? La muerte

Si, debemos ir todos en un atiborrado tren de destino hacia la muerte.

Pues lo siento, pero yo aqui me bajo de él

Mi camino hacia el final, lo haré por mi propio pie, no montado en las alas de un apestoso destino, lo que llegue llegará, lo afrontaré, de una forma u otra, pero no, sea o no lo sea, me niego a amargarme la existencia creyendome marioneta de un destino.

Crítica Destructiva

15.6.08

Cárcel de silencio.

Cuanto llevamos algunos callando tantas cosas, tantas frustraciones penas y rabias. Tantas mentiras que conocemos y nos encantaría desvelar? Tantos secretos, tabúes que nos imponen o nos imponemos nosotros mismos y que nos impiden hablar? Quien nos encierra en esta cárcel de silencio, de sutilezas y pasividad, de la mentira piadosa y compasiva, de la mentira dañina y cruel, quién, qué, cómo, cuándo...? y... lo mas importante, por qué? Por qué cerramos nuestra mente a lo que queremos? A lo que necesitamos decir, hacer ver, hacer sentir? Por qué tememos decir las cosas, las verdades? No hay mentira mayor que el silencio, el gélido silencio.

No importa lo que digamos, no importa lo que hagamos, siempre que algo pueda ser peligroso, ante todo, guardad silencio; si se corre riesgo al protestar ante la injusticia, silencio; si podemos dañar a alguien por decirle la realidad, silencio; si tememos ser odiados, rechazados, acusados, culpados, temidos, por la verdad, silencio; si hay alguna cosa que pueda ofender, algún tabú, silencio, silencio, silencio; esto es secreto de estado, aunque vaya a traer terribles consecuencias para la población, silencio...

No hay lenguaje de signos que valga, no hay sordera mayor que la de el que no quiere escuchar, no hay mayor mudez que la de el que no quiere hablar, y esta, es una sociedad sordomuda, que se ha encerrado en su burbuja, su propia cárcel silenciosa y aburrida, de la que no saldrá si no pega un grito.

Pero, de que sirve, te van a escuchar si protestas ante el silencio? Vale la pena hablar? Quejarse ante lo injusto? Lo anormal, lo ilógico? No será ya, mejor largarse, hacer como ellos? Que hagan lo que quieran en su reino de silencio, en mi morada el murmullo de la vida, es creciente, en la suya, el silencio traerá su propia muerte. Vayámonos, que bajo la luna de esta noche se ríen de ti, pero bajo el sol de un nuevo amanecer se verán ciegos y resacosos de silencio, emborrachados de mentiras y falsedad, mientras tu observas como la luz llena tus retinas y el canto de los pájaros anuncia un nuevo día de voces en tu cabeza repitiendote lo mismo una y otra vez... vale mas una palabra mortal, que mil años condenado a tu silencio.

Crítica audiodestructiva